Sheinbaum fue categórica: «No hay posibilidad de echar para atrás la reforma».

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, declaró este jueves que el Congreso bicameral y los congresos locales deben ser quienes decidan sobre el proyecto de reforma constitucional al Poder Judicial propuesto por el Ejecutivo saliente. Esta reforma busca implementar la elección por voto popular de las altas cortes.

LEA TAMBIÉN:

En México avanza reforma judicial propuesta por presidente López Obrador

«Quien tiene que decidir la reforma constitucional son los diputados y los senadores y, como dice la Constitución desde el (artículo) 39, la soberanía reside en el pueblo», afirmó Sheinbaum, quien asumirá la presidencia el 1 de octubre.

Mientras tanto, la Suprema Corte inició consultas para determinar si tiene facultades para dictar medidas cautelares que suspendan el proceso legislativo de la reforma, en respuesta a las quejas de trabajadores judiciales en paro nacional.

Sheinbaum enfatizó: «El único que tiene atribución para cambiar la Constitución es el Constituyente, que en nuestro país son dos terceras partes de la Cámara de Diputados y de Senadores, y las mayorías que corresponden en los congresos locales. Hay que permitir que pase la voluntad popular».

La controversia se intensificó cuando una magistrada federal en Cuernavaca otorgó una suspensión de la discusión y aprobación de la reforma, tras una solicitud de la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito (Jufed).

Ante esto, Sheinbaum fue categórica: «No hay posibilidad de echar para atrás la reforma. ¿Cómo unas cuantas personas van a poder echar para atrás la voluntad del pueblo de México, la votación del 2 de junio? No es legal».

La reforma propone la elección por voto popular de los magistrados de las máximas cortes y unos 6.000 jueces de distritos federales. Sheinbaum concluyó afirmando que la suspensión definitiva del proceso legislativo «no tiene ningún sustento».

Presidente López Obrador cuestiona suspensión del proceso

Más temprano, el presidente Andrés Manuel López Obrador criticó la resolución de la jueza Martha Magaña que ordena la suspensión definitiva del proceso legislativo para aprobar la reforma judicial, calificándola como carente de fundamento legal.

El mandatario señaló la necesidad de más información y de contrarrestar la desinformación sobre el tema. Desmintió rumores sobre pérdida de empleos o prestaciones de los trabajadores judiciales, y negó que el Poder Judicial vaya a depender del Ejecutivo.

«Lo que queremos es que sea un poder realmente independiente, no solo del Ejecutivo, ni del Legislativo, también del poder económico y del poder que ejercen la delincuencia organizada», afirmó López Obrador, argumentando que el Poder Judicial actual está al servicio del poder económico.

Respaldo a la reforma judicial ante la Suprema Corte

Cientos de estudiantes y miembros de organizaciones sociales se congregaron frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para manifestar su apoyo a la reforma judicial. El acto, que se extendió por más de hora y media, contó con la participación de las ministras Lenia Batres Guadarrama y Loretta Ortiz.

La ministra Batres Guadarrama declaró ante la multitud: «La democracia es la puerta para resolver los grandes problemas de justicia y de corrupción que tiene el Poder Judicial, y el Poder Judicial no es propiedad de los jueces y ministros, el dueño es el pueblo». Enfatizó que existe un clamor nacional por la reforma al Poder Judicial y señaló: «Estamos viviendo un momento histórico, un esfuerzo de transformación, en el que por primera vez se está cuestionando el origen, la composición y las finalidades del Poder Judicial en México».

Por su parte, la ministra Loretta Ortiz se comprometió a «ver por los derechos del pueblo, siempre».

Durante la manifestación, que desbordó las calles aledañas al edificio de la Corte, los asistentes exigieron la aprobación de la reforma judicial y la renuncia de la presidenta de la Corte, la ministra Norma Lucía Piña Hernández.

Batres expresó su satisfacción por la participación de jóvenes en este movimiento de apoyo a la transformación constitucional. Recordó las luchas históricas por la justicia en México, mencionando movimientos desde 1968 hasta el más reciente «Yo Soy 132», pasando por la guerra sucia y las luchas universitarias de 1986 y 1999.

EN ESTA NOTA: